Liberalismo y Conservadurismo en Europa. Históricamente, en los siglos XVIII y XIX el liberalismo contemporáneo, el cual ahora se conoce como liberalismo clásico, defendía tanto la libertad política de los individuos como el libre mercado en la esfera económica. El Conservadurismo abarcaba un conjunto de principios establecidos en preocupaciones por la tradición implantada, el respeto por la autoridad y los valores religiosos.
Liberalismo y conservadurismo en Europa
El liberalismo nació en Inglaterra durante el siglo XVIII y tuvo su momento de mayor manifestación con la Revolución Francesa en 1789, la Revolución Norteamericana el 1776 y los procesos independentistas en América Latina a partir de 1810.
El liberalismo del siglo XIX fue una tendencia filosófica, política y económica que fomentó la libertad del ser humano, su igualdad política y jurídica y la búsqueda del progreso material de los pueblos.
Liberalismo y Conservadurismo en Europa
En 1815, el mundo político francés regreso a la normalidad. Se vivía una tranquilidad, con una serenidad incomparable; solo los fervientes partidistas del statu quo presenciado por Luis XIV, el Rey Sol, y su célebre frase “El Estado soy yo” podían soportar. Entrando el siglo XIX, se celebró el Congreso de Viena y, el 26 de septiembre de 1815, la alianza militar, entre el emperador Alejandro I de Rusia, el emperador Francisco I de Australia y el rey Federico Guillermo III de Prusia. A dicha alianza conocida como la Santa Alianza, en 1818 se sumaron Inglaterra y Francia.
La idea era implantar la paz en Europa, luego de las extensas guerras napoleónicas, a través de la difusión de valores cristianos: fe, caridad, justicia y paz. La Santa Alianza se oponía a las revoluciones democráticas y al laicismo.
Los románticos no querían la armonía y la tranquilidad. Codiciaban una vida individual, entusiasta, no simpatizaban con el individualismo, según denigraba el alma con el dinero e interrumpía la libertad individual. Fue entonces que mientras y después del período revolucionario, el movimiento romántico fue metido en la política por los nacionalistas y conservadores.
Diferencias Políticas entre el Liberalismo y Conservadurismo en Europa:
Ambos grupos se vieron afectado por la situación económica que enfrentó el país después de la guerra, y la toma de decisión correcta para salir de la crisis económica, con la búsqueda de una política satisfactoria.
- Los pipiolos se inclinaron por aplicar un sistema económico con bajos aranceles e impuestos al intercambio comercial. Mientras, que entre los pelucones, predomino una idea diferente, de proteccionismo a través del gravamen de impuestos a las importaciones, para poder ofrecer un comercio libre sin daño a la agricultura, la minería y la industria local.
- Los conservadores procuraban defender a la iglesia católica, mientras, que los liberales permitían el culto de otras religiones. Esta situación se prolongó desde 1823 hasta 1827, la época de se mantuvo la Constitución Eganista, donde prevalía la inestabilidad política y el cambio frecuente de nuevos gobiernos.
En 1828, los liberales centralistas ganaron mayor auge y lucharon por la apertura de un nuevo proceso constituyente, dando como consecuencia la Constitución Liberal de 1828.
Liberalismo y Conservadurismo en Europa
La Revolución francesa fue la primera revolución liberal burguesa europea, que represento el fin del antiguo régimen, la abolición de la servidumbre y el sistema feudal. El liberalismo francés buscaba extender una apertura del poder del monarca, a través de un nacionalismo centrífugo y de la consolidación de la libertad civil.
Se fundamentó la libertad política en una carta constitucional, donde se garantizó a todos los ciudadanos sus derechos y obligaciones. Se crearon dos cámaras donde se concedía el derecho a votar, los impuestos y a colaborar en la aprobación de leyes. El sufragio se mantuvo como un privilegio para contribuyentes mayoritarios; en cuanto al electorado era muy limitado.
Liberalismo y Conservadurismo en Europa
La división de poderes estuvo acompañada de las garantías para la libertad de prensa, de expresión y pensamiento. Una garantía más contra el despotismo fue la autonomía provincial y municipal. Para los franceses de la revolución, el poder municipal fue determinante para la división tradicional de los poderes públicos.
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